Investigadores del MIT han dado a conocer el invento, que consiste en un pequeño pez hecho a partir de silicona que busca acercarse todo lo posible a un pez de verdad,
y que para ello se vale del dióxido de carbono para llenar un canal y
conseguir mover la cola, en vez de depender de pesados motores y juntas.
Gracias a esto, se consigue un movimiento mucho más natural y rápido
que le permite compararse a los peces reales en lo que a velocidad y
complejidad de movimientos se refiere.
Todo lo que requiere el pez esta en la cabeza: desde el sistema de propulsión hasta el guiado, pasando por la fuente de energía, todo esta contenido en una especie de funda que cubre la cabeza del pez robótico. Y es capaz de moverse y actuar libremente, pero un operario puede enviarle ordenes y comandos de forma inalámbrica desde un ordenador para variar su comportamiento u ordenar algo en concreto.
Por el momento sigue en desarrollo, pero eso no impide que ya se le
prevean aventuras como seguir bancos de peces reales, de tal forma que
se podrían estudiar a los peces de una forma muy cercana sin llamar en
ningún momento su atención.
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